En Diciembre decidí cerrar Ringo Rango Indumentaria, hay una entrada en el blog escrita por esa época que ahora mismo no quiero leer, decidí cerrar y tenía más o menos clara la idea del nuevo Ringo Rango. No quería seguir cosiendo así que la idea era que yo me encargaría del diseño, la web y las redes, y encargaría la confección en un taller. Mis planes en mi cabeza siempre son perfectos pero… llegó nuestro ya viejo conocido COVID-19 y se paró el mundo.

Llevábamos ya un par de semanas confinados cuando puse en marcha la cuenta de instagram porque me di cuenta que aunque en ese momento no tuviera nada que vender, la marca no podía estar parada mas tiempo. Aprovechar para explicar un poco la filosofía Ringo Rango me ayudó a llevar mejor esas semanas. Pero las semanas seguían pasando sin poder hacer nada y el asunto económico empezaba a ser preocupante así que vendí algunas mochilas, la cosa funcionó bien así que me dije a mi misma: Lluci, déjate de delirios de grandeza con perfectas colecciones, adáptate a lo que tienes y soluciona problemas. Piensa, necesitas pasta pero ¡tienes un montón de tela y una máquina de coser!

Y así fue como volví a coser, dicen que a la fuerza ahorcan. Tengo que decir que al final lo disfruté. Volví a coser sí pero con total libertad de creación, sin sentir la presión de si esto pasará o no el corte de los «expertos» y sin la sensación de estar permanentemente compitiendo con las colegas de profesión. Todavía tengo telas y mas ideas así que seguiré subiendo prendas a la web mientras me llega el momento de la «gran colección». Las prendas que veréis en la web son el resultado de un ejercicio de resiliencia, de independencia y de empoderamiento, en definitiva son de mucho Ringo Rango.